Las Termas de Diocleciano fueron los baños termales más grandes de toda la antigua Roma. Doblando la capacidad de su gran ‘’competidor’’, las Termas de Caracalla, construidas apenas un siglo antes, en el III d.C.
A diferencia de las de Caracalla, las Termas de Diocleciano perdieron gran parte de su estructura. Aun así, se conservan muchas de sus partes y el complejo mantiene la mayoría de su expansión. Ahora, las termas son en parte una iglesia (Santa Maria degli Angeli) y, en parte, un museo, sede del Museo Nazionale Romano y pueden visitarse muy cerca de Plaza de la República.
Un monumento entre dos mundos
Las Termas de Diocleciano tienen una curiosa ubicación en la Roma de hoy. Pues están en pleno centro de la ciudad, rodeadas de modernidad, transportes y gente que viene y va. Esto último porque limitan con la Plaza de los 500, donde se encuentra la Estación Termini, la más grande de toda Roma.
Quienes lleguen a la Ciudad Eterna en tren, a la salida se toparán con las termas más grandes del Imperio Romano. Además, pocos metros más adelante tenemos la Plaza de la República, que también marca un límite de las Termas de Diocleciano.
Termini y la Plaza de la República son dos puntos clave de la Roma actual. Ya sea por movilidad o por turismo, son dos lugares que cualquiera persona romana o de viaje verá a menudo. Y, aun en esa Roma contemporánea, allí estarán dominando el paisaje las Termas de Diocleciano.
Unas termas colosales
Las mayores termas de la historia de Roma tienen una línea existencial muy similar a sus predecesoras, las Termas de Caracalla. Tanto Diocleciano como Caracalla, emperadores responsables de su construcción, hicieron de sus termas una de las obras representativas de su mandato. Y, curiosamente, ambos finalizaron su estancia en el poder poco después de la inauguración de sus termas. Caracalla por motivos más turbios y sangrientos. Diocleciano, abdicando.
Las Termas de Diocleciano nacen para dar un servicio de higiene, deporte y ocio a 3 de las 7 colinas de Roma: Viminale, Quirinale y Esquilino.
En total, se estima que sólo en lugares de baño (piscinas, bañeras, etc.) podían contarse hasta 3.000. Estos se dividían a su vez en 3 grandes recintos dedicados al agua fría, caliente o templada.
Las termas se construyeron de tal manera que el caldarium (zona de agua caliente) se apoyara en la luz solar para calentar el agua y que, a su vez, no tocara la zona de agua fría (frigidarium) y afectara a su funcionamiento.
En total, las Termas de Diocleciano abarcaban unas 14 hectáreas.
Miguel Ángel y las Termas de Diocleciano
Diocleciano fue un duro perseguidor y castigador de los cristianos en Roma. En memoria de los mártires caídos durante su mandato, el papa Pío IV encargó al artista Miguel Ángel una iglesia: Santa Maria degli Angeli. El genio diseñó una iglesia que se construyó aprovechando y adaptándose a restos de las Termas de Diocleciano. De forma que, de alguna manera, una obra de un emperador duro con el cristianismo estuviera ligado a un acto de perdón y recuerdo.
No fue el único edificio religioso construido sobre las termas, otro menos conocido pero muy importante es la iglesia de San Bernardo alle Terme.
De hecho, gracias a construcciones religiosas y al uso del recinto termal para otras funciones, se conservaron algunas estructuras importantes de las Termas de Diocleciano.
Precios, horarios y visitas guiadas
El horario de visita a las Termas de Diocleciano es de lunes a viernes, de 14:00 a 19:45. Sábados y domingos de 10:30 a 19:45.
El precio de la entrada es de 10€. Si hay alguna exposición, 13€.
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