Un día como cualquier otro

Un día, como cualquier otro, te puedes encontrar en Roma. Uno llega a la ciudad por tantos motivos. Muchos para descansar y llevarse el placer de visitar sus monumentos y tantas maravillas que ver en Roma. Las jornadas vuelan, escuchando miles de historias unidas a nombres más o menos famosos. Algunos los recordamos por los libros de historia, otros por el cine o la literatura.

En esta sección queremos compartir contigo la experiencia de quien un día, como cualquier otro, se ha dado cuenta de que estaba realizando un viaje extraordinario. Sin necesidad de pagar entradas, sin eventos ni artistas invitados, en lo más común y ordinario, Roma nos ofrece jornadas muy especiales.

Es cierto, harían falta cientos de jornadas, no bastaría una vida, pero quien lo desee, en vez de ir caminando y que surjan nombres, épocas y obras de arte, ponga en su jornada un filtro, un hilo con el justo cebo para pescar en el mar de la Ciudad Eterna, alguna de las delicias de sus profundidades.

Roma nos invita a que, en el tiempo de una jornada, hagamos la experiencia de ser cualquier otro. Vivir un día como el de otro cualquiera. Os propongo, por tanto, unos itinerarios en los que Roma nos ofrece escenarios extraordinarios para que nosotros nos pongamos en el lugar, los lugares, de un personaje. Para ello será necesaria una buena dosis de imaginación, recuerdos y sensaciones, lecturas y aficiones. Nada de extraordinario, pero que nos permitirán maravillarnos con la riqueza de lo más común y cercano que se esconde bajo la superficie de Roma.