Las siete colinas de Roma han sido la base de la ciudad eterna desde sus orígenes. En ellas los primeros romanos se fueron repartiendo a lo largo de una joven Roma. Siguen siendo 7 montículos cercanos al río Tíber aunque ahora quedan sumergidos por la gran cantidad de barrios y construcciones. Cada una de esas colinas contiene hermosos lugares que ver en Roma.
En función de las 7 colinas de Roma, y adaptándose a ellas, los romanos fueron creando los principales lugares de su ciudad. Entre colinas crearon el Foro Romano, un lugar en el que los habitantes de las diferentes alturas pudiesen reunirse y hacer vida en común. Entre colinas nació el Circo Máximo, el mayor estadio de la ciudad. Sobre colinas, como la capitolina, se dirigía y se dirige Roma. Y sobre una, el Palatino, Rómulo creó la que se convertiría en la Ciudad Eterna. ¿Cuáles son las siete colinas de Roma? Descubrámoslo juntos.
El Palatino: la 1ª de las 7 colinas
El Monte Palatino fue la primera de las siete colinas de Roma. Donde Rómulo fundó la ciudad en el 753 a.C.
Rómulo, primer rey de Roma, instaló a sus primeras gentes en la colina del Palatino y, por lo tanto, la primera residencia del primer rey romano estaba en esta colina. Por esta razón, el Palatino fue siempre un lugar casi sagrado para los romanos.
De hecho,grandes emperadores instalaron aquí sus lujosos palacios para emular a Rómulo. La palabra ‘palacio’ viene precisamente de Palatino, por las grandes casas que los emperadores construyeron en la colina. Todavía hoy podemos visitar el Palatino y ver los restos de estas grandiosas construcciones y pisar la colina donde nació Roma.
El Campidoglio, la colina municipal
También llamada la colina capitolina. El Campidoglio se situaba entre el Foro Romano, el corazón de la vida romana, y el Campo de Marte, donde los romanos principalmente hacían ejercicios militares. La colina del Campidoglio tuvo siempre un papel muy importante en Roma… y lo tiene. En ella se construyó el Tabularium, el archivo de la ciudad. Sobre ese edificio de los archivos se edificó lo que hoy es el ayuntamiento de Roma. Es la colina más ‘municipal’, dedicada al gobierno de la ciudad.
En la colina capitolina se encontraban también templos de dioses muy importantes para los romanos. Gracias a su situación, durante la república sirvió como último refugio de los romanos contra los galos. Sólo la colina capitolina, y con ella Roma, consiguió sobrevivir a ese ataque.
En la actualidad la Plaza del Campidoglio es una de las más hermosas de Roma y en ella, además, están los Museos Capitolinos. Uno de los lugares para disfrutar de las mejores vistas sobre la zona arqueológica del Foro Romano y las del cercano Tíber por otra.
El Aventino, la colina plebeya
La colina del Aventino se halla al sur del Palatino. Entre las dos colinas tenemos el Circo Máximo. El Aventino en sus primeros años poblada por romanos fue la colina de la plebe. Durante la monarquía romana, el rey Anco Marcio conquistó a los latinos y a los derrotados los instaló en el Aventino. Éstos, sin embargo, no tendrían los derechos del resto de romanos ni representación en el senado. Por tanto, la plebe nacía así en esta colina.
Hoy en día la realidad del Aventino es muy diferente. La colina es una de las zonas de viviendas más exlusivas de toda Roma. En ella tenemos lugares tan especiales como el Jardín de los Naranjos y la Villa de los Caballeros de Malta con las famosas vistas desde la cerradura de su jardín.
El Esquilino, popular y festivo
La colina del Esquilino es una de las más grandes y la más oriental de las siete colinas de Roma. En ella se sitúa parte de uno de los barrios más populares de Roma, el barrio Monti. También encontramos en el Esquilino una de las iglesias más importantes de Roma, la Basílica de Santa María la Mayor.
El Celio, remanso de paz
La colina de Celio está posicionada muy cerca del Palatino. En el lado opuesto del Campidoglio respecto a la colina primigenia y a escasos pasos del Coliseo. Una situación que la deja en el pleno centro turístico de la ciudad y, pese a ello, no es muy conocida. Algo sorprendente ya que el Celio tiene lugares preciosos como Santo Stefano Rotondo o la iglesia de San Gregorio al Celio.
El Quirinale, la colina del poder
La colina del Quirinale era habitada por los sabinos, un pueblo originario de la zona del Lacio que estuvo siempre en continuos conflictos con Roma. Uno de sus dioses, Quirino, da nombre a la colina. De las siete colinas de Roma, es la que se encuentra más al norte.
En la actualidad es conocida sobre todo por el inmenso Palazzo del Quirinale, la residencia oficial del presidente de la república italiana.
El Viminale, colina cosmopolita
La colina del Viminale es la más pequeña de las siete colinas de Roma. El emperador Diocleciano construyó aquí sus termas, cuyos restos aun se pueden visitar. Sobre estos restos construyó Miguel Ángel la iglesia de Santa Maria degli Angeli, un verdadero tesoro que junta lo antiguo con el renacimiento. Todo ello a las puertas de la maravillosa Plaza de la República. Es una zona con muchos hoteles al estar muy cerca de la Estación Termini.
Visitar las siete colinas de Roma
En cualquiera de las siete colinas de Roma hay una gran cantidad de lugares que visitar. Desde el Palatino, hasta la Plaza del Campidoglio pasando por el Foro Romano y el Circo Máximo. En nuestra Guía de Roma puedes encontrar las páginas dedicadas a tantos lugares especiales diseminados en las 7 colinas.
Para visitar las siete en un mismo día es necesario el uso del transporte y un gran conocimiento de Roma y cómo moverse con ella. Si estás interesado en conocer las siete colinas de Roma y hacer un tour privado para disfrutar de la historia de cada una y de sus principales atractivos, escríbenos. Te propondremos un tour de Roma de la mano de apasionados y apasionantes guías de Roma.