Blog En Roma

Podemos encontrarnos tantas rutas por Roma como direcciones. Incluso hacia las profundidades del subsuelo hay rutas que nos introducen en otras épocas, sepultadas por el paso del tiempo.

Según nuestros intereses, nuestra forma de ver la ciudad, podremos encontrarnos con tantos caminos, etapas que se van uniendo para hacernos descubrir cómo la Ciudad Eterna corresponde a nuestros sueños. Es más, nos ganará siempre con sorpresas, con cruces en los que una ruta por Roma se convierte en una pequeña plaza en donde detenernos para volver luego o en donde cambiar dirección.

Es más, si algo tiene Roma es la capacidad para tentarnos, para avivar con la curiosidad y el deseo, nuestras ganas de caminar, de descubrir, de entrar en nuevos mundos. Así, por ejemplo, un día siguiendo una ruta por el Gianicolo -un camino que sin grandes desplazamientos te hace vivir miles de años de historia- me encontré con un dibujo a pluma dedicado a María Teresa León y me desvié para seguir una ruta de mujeres en Roma mientras apuntaba la dirección de otra ruta de Roma en viñetas. Y así, con tantos caminos que vamos construyendo o que nos encontramos al seguir las migas de pan que nos deja Roma.