La Plaza de la Rotonda es uno de los lugares más visitados de Roma. Extraño porque… su nombre no te suena, ¿puede ser? Sí es así, no te preocupes. Es normal, porque normalmente nos referimos a ella como la plaza del Panteón. Así es, la grandiosa plaza donde se sitúa el Panteón de Agripa es la Plaza de la Rotonda. La completan su maravillosa fuente y las ya habituales terrazas que regalan a viajeros y locales una de las mejores vistas de la ciudad.
Su nombre viene del Panteón, llamado ‘rotonda’ de manera coloquial por los romanos. Saliendo de la plaza por uno de los laterales del Panteón llegaremos a la preciosa iglesia de Santa Maria Sopra Minevra, precedida por el Elefantino de Bernini.
Panteón
El gran protagonista de la Plaza de la Rotonda es el Panteón. Uno de los monumentos de Roma más importantes e impresionantes. El Panteón fue construido inicialmente por Augusto en honor a su general Agripa. Sin embargo, un incendio lo dejó totalmente en ruinas y así permaneció hasta los tiempos de Adriano. El emperador hispano, en el siglo II, afrontó en él una de las mayores hazañas arquitectónicas de la historia de Roma. Dándole el aspecto que actualmente vemos, pues el de Augusto era más modesto.
La cúpula del Panteón y toda su estructura es todavía hoy uno de los mayores hitos de la arquitectura mundial. Siendo la mayor cúpula jamás construida. ¡Y fue hecha hace casi 2.000 años! En su interior, un pequeño hueco en la cima de la cúpula deja entrar la luz natural. El artista Rafael, símbolo del Renacimiento en Roma, tiene en él su tumba.
Como muchos otros edificios romanos, con la llegada del papado al poder en Roma, acabó siendo destinado a funciones cristianas. El Panteón fue nombrado iglesia de Santa María y Mártires. Aunque informalmente era llamada Santa Maria de la Rotonda.
La fuente de Plaza de la Rotonda
En el siglo XVI se añadió a la Plaza de la Rotonda la famosa fuente que se sitúa frente al Panteón. La Fuente del Delfín, diseñada por Giacomo della Porta, estaba destinada a marcar el centro de la plaza. Función que aun cumple hoy en día. Dos siglos después se añadiría a la fuente el colosal obelisco egipcio.
Un obelisco original que data de los tiempos de Ramsés II y en el que se colocó una estrella en su cima. Fue el Papa Clemente XVI quien ordenó modificar la Fuente del Delfín para añadirle el llamativo obelisco y darle finalmente el aspecto que conserva todavía en la actualidad.
Fue también otro Papa, Eugenio IV, quien dio espacio y forma a la plaza en el siglo XV. Para ello encargó su pavimentación y, lo más importante, la eliminación de algunos edificios y construcciones antiguas para así darle amplitud y forma en torno al Panteón.
Plaza de la Rotonda: mercado del pescado
Durante siglos, Roma tuvo en la Plaza de la Rotonda un lugar donde numerosos puestos vendían sus productos. Un auténtico mercado en pleno centro de Roma y alrededor del Panteón. De hecho, era común que los dueños de los puestos de pescado limpiaran los peces en la fuente de la plaza. O que incluso la utilizaran para guardar algunos ejemplares.
Ahora nos parece rarísimo pensarlo, pero esto sucedía en la plaza hasta 1847. De mercado de pescado, la Plaza de la Rotonda ha pasado a ser uno de los lugares más valorados por los visitantes y por los propios romanos. Considerada como uno de los puntos más bellos de toda Roma.
En lugar de puestos de pescado, exclusivos restaurantes ofrecen platos de la cocina romana y un puesto ideal para una cena romántica. A los comerciantes acumulados alrededor de la fuente, ahora le suceden viajeros pletóricos y llenos de ilusión que se sientan a en torno a ella disfrutando de las vistas al Panteón. A menudo, saboreando un buen helado.
La Plaza de la Rotonda es un lugar al que entrar y experimentar una de las sensaciones más bonitas que un viaje a Roma puede regalar. Una de las maravillas que ver en Roma sin falta. Además, se encuentra muy cerca de otros grandes atractivos como Plaza Navona o Campo de’ Fiori.
Atractivos y sensaciones que puedes conocer, vivir y disfrutar con los mejores guías de Roma en nuestro tour Plazas de Roma.
