El Jardín de los Naranjos, tranquilo, escondido, se coloca en un pequeño rincón de la colina del Aventino. Un pequeño parque apartado con una de las mejores vistas de Roma. Junto con el Gianicolo y la terraza del Pincio, tiene una de las vistas panorámicas más hermosas de toda la ciudad. Al asomarse a su entrada, uno parece que pudiese alcanzar la cúpula de San Pedro con la palma de la mano. El efecto de su pasillo central, entre los preciosos naranjos, hasta la terraza panorámica, hace que la cúpula se vaya alejando hasta llegar a su balcón a Roma y ofrecernos un paisaje inmensamente bello. Uno de los lugares más románticos de Roma por excelencia.
Un pequeño rincón, un gran tesoro
El Jardín de los Naranjos ofrece un espacio agradable, de paz y de belleza en una Roma ajetreada. A sólo unos pasos del Circo Máximo y sus carreteras llenas de tráfico. Por otro lado, el barrio de Ostiense con su intensa y rápida actividad, en constante movimiento.
Entre ellos, subiendo la colina aventina como queriendo escapar del barullo, el Jardín de los Naranjos se asoma a Roma.
Es un parque, ‘’parque’’, realmente pequeño. Una bonita entrada con una pequeña fuente, un sendero amplio que conduce a la terraza panorámica y a ambos lados una pequeña zona verde con bancos donde sentarse a respirar su magia.
El nombre de los naranjos viene, claramente, por estos árboles allí presentes, aunque su nombre en realidad es Parco Savello. Y no fue hasta 1932 hasta que tomó su forma actual y su apertura al público. Pues en primer lugar estuvo dentro de la fortaleza de los Savelli y, más tarde, el jardín de una iglesia de los dominicos. Con la reestructuración urbanística del Aventino, el Jardín de los Naranjos surgió como hoy lo conocemos.
Observar un atardecer desde un lugar tan hermosa como éste es una de las cosas más especiales que hacer en Roma. Una ciudad que te cautivará, con un amor a ‘segunda vista’.
Dos secretos de Roma juntos
Pegado al Jardín de los Naranjos tenemos otro de esos tesoros ocultos de Roma. Aunque, desde hace unos años, no es tan oculto.
A escasos pasos del jardín está la sede de la Orden de los Caballeros de Malta. A cuyas puertas, normalmente, se forman grandes filas… pero nadie entra. En su cerradura se esconde un curioso secreto, pues se consigue ver la cúpula de San Pedro desde una perspectiva, cuanto menos, peculiar.
Cómo llegar al Jardín de los Naranjos
Aunque el jardín se obceque con ocultarse, llegar es realmente sencillo. Desde la parada de metro del Circo Máximo se tarda solamente 15 o 20 minutos caminando. Al salir de la parada, si os seguís paralelamente el circo, al llegar a la Rosaleda de Roma, giráis a la izquierda y subiendo lo encontraréis a vuestra derecha.
También podéis subir la colina del Aventino desde el otro lado, desde Ostiense. Bajando en la parada de metro Pirámide, aprovechar para ver la Pirámide Cestia y caminar hasta esta ventana de Roma, precedida por un mágico sendero custodiado por brazos de naranjo.
La mejor opción es seguramente realizando nuestro tour de Roma al atardecer, que además de incluir el transporte hasta la entrada del mismo jardín asegura la mejor vista de Roma en el horario más indicado según la fecha de tu viaje: