La Galleria Borghese es también uno de mis lugares preferidos. Es como un joyero, un cofre de tesoros sin salas descomunales, imprescindible entre las cosas que ver en Roma. Sin embargo, cada vez que atraviesas el umbral de una puerta, no puedes dejar de quedarte admirado, sorprendido, agasajado por una belleza dedicada a ti. Además, no habiendo tantas aglomeraciones como en otros museos, puedes disfrutar ‘íntimamente’ y con calma.

Galleria Borghese, esplendor barroco en Roma

La naturaleza ayuda a Dafne a escapar de la violencia de Apolo. Es una condena y al mismo tiempo su salvación ante el poder de un dios. Sólo perdiendo puede vencerlo. Esto es el barroco, las contradicciones, las pasiones, las fugas y persecuciones, la gloria y la miseria. Todo ello lo vemos, lo experimentamos contemplando esta maravillosa escultura de Bernini. Ella nos da la bienvenida en la Galleria Borghese. El inicio de un viaje que nos llevará a descubrir uno de los lugares más hermosos que visitar en Roma.

Recreando el paraíso: Arte en el corazón verde de Roma

Construida en este privilegiado enclave a lo largo del siglo XVII el edificio fue obra de los arquitectos Flaminio Ponzio y Giovanni Vasanzio, más tarde trabajaría en la obra el famoso arquitecto Carlo Rainaldi. Durante el siglo XVIII el palacio sufrió una revolucionaria renovación decorativa, la nutrida colección de arte de la familia fue el foco principal de esta restauración colocando las piezas más importantes en el centro de las salas y escogiendo a partir de ellas el tema decorativo de cada habitación dando como resultado la exquisita decoración que podemos observar durante nuestra visita.

Pese a esta novedad decorativa tanto la arquitectura como los diversos elementos que decoran cada sala palidecen ante la gran e importante colección de arte que posee el museo. Como dirá Scipione Francucci en 1613 «La colección Borghese parece el teatro del Universo, compendio de maravillas y vaguedad de la mirada humana.»

El cardenal Scipione Borghese

La colección fue iniciada por el cardenal Scipione Borghese Caffarelli en los años en que su tío, el Papa Pablo V, iniciaba su pontificado.  A través de diversos  medios,  unos más lícitos que otros, el cardenal creó la que sería considerada una de las colecciones más grandes de la época.

Por ejemplo, con el “secuestro” de la colección del Caballero de Arpino, Scipione pasó a ser dueño de unas cien obras de arte entre las que se encontraban célebres obras de la epoca juvenil de Caravaggio. No tuvo tampoco reparos para utilizar medios de dudosa honestidad para adquirir algunas obras como por ejemplo la Deposición de Cristo de Rafael.

Todo ello unido a la compra de otras colecciones con piezas tan famosas como Amor sagrado y amor profano de Tiziano hicieron que la colección del cardenal Borghese fuera realmente excepcional. Un auténtico paraíso en donde, con arte, encontrarte y disfrutar de una vida donde la belleza quiere vencer a cualquier destrucción o mal.

Qué ver en la Galleria Borghese

En Roma, esta pregunta es casi una locura. Podríamos hacer una lista infinita, sin exagerar. Nos podremos encontrar con miles de historias y lugares. No sólo. También nos sorprederemos cuando podamos estar, finalmente, ante obras maestras de la historia del arte. Todo ello en tantas iglesias, museos, en sus calles… Sin embargo, precisamente por la gran cantidad de maravillas que ver, éstas puede pasársenos desapercibidas. Todo es demasiado. Podemos así perder el gusto, el sabor de las cosas, empalagados o hartos con esta inmensa ‘creación’ de hombres y mujeres que pueden parecernos divinos. Por todo ello, y más que nunca dentro de un museo como la Galleria Borghese, es necesario ver las obras con calma. Escojamos, por tanto, algunas, quizás las que más sentimientos y reflexiones han provocado, y dejemos que sean nuestros ojos los que nos permitan esta experiencia.

Además de las obras que he citado hasta aquí, ahora os aconsejo que no dejéis de presentaros ante el David con la Cabeza de Goliat de Caravaggio. La humildad de este jovencito que vence la soberbia del gigante, nos invita a imitarlo, a recoger de su mano, la cabeza de aquel guerrero o del mismo pintor. Entre pena y repugnacia, por reflejo de la expresión del chico, parecen acudir a nuestra mirada. Vida y muerte separados por una lama. Un cuerpo lleno de luz y el otro puro vacío, oscuridad, ausencia. Ver, sentir y sentirnos ante este cuadro, es una de las maravillas que nos regala la Galleria Borghese.

Estamos ante una de las últimas obras de Caravaggio, premonición de su fin. Y allí cerca, en un delicado guiño al tiempo, nos podemos encontrar con otra obra maestra de la etapa inicial del mismo autor: el Baco enfermo. Estas dos obras, junto con la Virgen de los Palafreneros, son algunas joyas que iluminan, abren y te hacen desear quedarte en una de las salas de este Museo Borghese.

Por otra parte, Scipione Borghese, el ‘culpable’ de tan maravillosa reunión de obras de arte, no sólo centró su actividad en el coleccionismo, sino que también fue el mecenas de grandes artistas como Gian Lorenzo Bernini. El joven artista realizó para el cardenal algunas de sus obras más famosas como el Rapto de Proserpina, su David o el Apolo y Dafne. Otro de los pintores que el cardenal aprecia es Guido Reni con obras tan importantes como su Danza campestre, recientemente adquirida para volver a la Galleria de la que formó parte.
Tras la muerte del cardenal la colección siguió aumentando gracias a la actividad de sus descendientes. Así grandes obras se unieron a la colección como la escultura de Paolina Bonaparte como Venus de Antonio Canova o la Danae de Corregio.

Curiosidades, arte e historias personales

Al volver a Roma, Paulina Bonaparte, escribe el 22 de enero de 1817 a su marido con el que ya no convive, a propósito de la escultura de cuerpo entero que hizo Antonio Canova.

«Camillo, con la partenza del generale Matieu non lascio di darvi le mie nuove di salute mia. Spero che voi state bene. In questa occasione voglio pregarvi di un piacere, ed è che sapendo che accordate a qualche persona di vedere il mio ritratto in marmo, amerei che questo non si facesse atteso la nudità che tiene un poco all’indecenza. Questo non fu fatto che per solo vostro piacere. Subito che questo più non esiste, è bene che resti nascosto agli occhi di tutti e alla dimenticanza. I miei complimenti a tutti i parenti, e voi, Camillo, qualche volta ricordatevi della vostra affezionatissima Paulina B.»

«(…) En esta ocasión os quiero pedir un favor. Sabiendo que concedéis a algunas personas que puedan contemplar mi retrato en mármol, me gustaría que no lo hicieras considerando que la desnudez tiene algo de indecente. Este retrato fue realizado sólo para vuestro placer y ya que éste no existe sería bueno que estuviera escondido para todos y se olvide (…).»

La Galleria Borghese, Delicia de Roma

La Galería Borghese es realmente un paraíso, un jardín encantado en el que seguir descubriendo las maravillas de Roma:

«Ibamos caminando con lenta despreocupación de vagabundos. Disfrutábamos de las historias que surgían como si las obras de arte fueran un ‘incipit’, una letra capital que en su belleza nos preanunciaba vidas e imágenes.

Sabíamos que la lluvia de fuera era nuestro reloj, cadencia pausada aunque inexorable. Y seguíamos adentrándonos en ese bosque de salas. En una de ellas mi hijo me preguntó por una obra indicándomela. Es curioso como muchas veces la atención, ante la plenitud y multiplicidad de las cosas, pasa inadvertidamente ante detalles e incluso ante realidades enormes que sorprenden inmediatamente a otros.

También en el espacio, como en la historia, son necesarios tantos ojos, tantas vidas que al menos en un lugar y tiempo común se den el relevo. Y allí, ante nosotros, la historia de Eneas volvió a irrumpir con la fuerza de unos momentos dramáticos entre la destrucción de Troya y una huida enloquecida…»

Visita guiada en la Galleria Borghese

A pesar de que la mayor parte de la colección Borghese ha ido a parar al Louvre, este museo cuenta con obras de arte que son auténticas obras maestras de grandes artistas. Una colección impresionante en un contexto único: Villa Borghese.

La visita a la Galería Borghese dura 2h. Unos 10 minutos antes de que se cumplan las dos horas los altavoces os indicarán que termina el tiempo de la visita y que tenéis que salir.
Durante la tercera hora de la visita podréis dar un paseo por Villa Borghese. Podríais pasear por el jardín botánico con el lago artificial  hasta llegar al Pincio. Allí podréis disfrutar de la estupenda vista de la ciudad sobre Plaza del Popolo.

Escribe a tu Guía En Roma: [email protected] para contratar esta visita o para una visita guiada privada.