La Galleria Alberto Sordi, antiguamente llamada Galleria Colonna, es uno de los edificios más famosos del centro de Roma. Su estilo es muy peculiar, una rareza en Roma, ciudad poco amiga de las galerías cubiertas como en Milán o Nápoles. Sus vidrieras, hierro y cristal, arcos y columnas, nos introducen en un edificio nacido para la elegancia.
Un proyecto innovador
Tras la unificación de Italia y la elección de Roma como capital del nuevo estado italiano, empiezan una serie de trabajos urbanísticos entre los que destaca la ampliación de Via del Corso. En este caso, la transformación tocará de lleno al antiguo Palazzo Piombino. Era un edificio perteneciente a la familia Buoncompagni Ludovisi que será derribado para dejar espacio tanto al ensanche de la calle como a un nuevo edificio. Sin embargo, aunque la idea de crear una Galería estaba en el aire no será hasta 1911 cuando se consigan los fondos y se apruebe el proyecto de Dario Carbone.
De todas formas, el proyecto inicial quedó modificado varias veces y hasta 1922 no se inauguró el edificio recibiendo el nombre de Galleria Colonna. ¡Atención! No tenemos que confundirla con la actual Galleria Colonna, el museo situado en el Palacio Colonna, con los tesoros artísticos de esta familia.
La primera Galería de Roma
La preciosa plaza que rodea a la Columna de Marco Aurelio encuentra una hermosa conclusión con la Galleria Colonna. Desde la plaza se abren dos calles cubiertas con forma de V. Un lugar de tiendas elegantes y cafés para empezar o continuar un paseo. Su situación, al borde de esta plaza tan céntrica y de la calle especialmente dedicada a los desfiles y cortejos, la convertían en un lugar perfecto para citarse.
Cierto, 1922 fue un año de grandes transformaciones políticas en Roma. La Gallería Alberto Sordi, tan cerca de Montecitorio, Palacio del Parlamento italiano, habrá asistido con curiosidad al paso de tantos personajes. Aún hoy en día, junto a los adivinos que te echan las cartas o te leen la mano, puedes cruzarte ante la Galleria con algún político al que una nube de periodistas están entrevistando. Cierto, uno de los dos grupos parece inmutable al paso del tiempo, inmóvil y venciendo el bullicio de la Galleria. Las pitonisas y echadores de buenaventura, sin embargo, han ido desapareciendo de la vista.
Era esta, realmente, una zona muy especial de Roma. Rodeada de cines, teatros y locales. En via del corso 180, a pocos pasos de la Galería, se abría el precioso caffè Aragno en la planta baja del Palacio Marignoli, edificio que aún podemos contemplar. Hermano menor del famoso caffè Greco, este café era otro de los lugares preferidos para las citas entre artistas y famosos en la ciudad. La Galería, junto con Piazza Colonna gracias al paso de via del Corso, y rodeada de grandes palacios de la nobleza romana, se confirmaba como la plaza central de la nueva Roma. Era la plaza central de la capital de Italia, a medio camino entre el bohemio e internacional renombre de Plaza de España y la amplitud de Plaza Venecia, expugnada por muchedumbres enfervorecidas.
De Galleria Colonna a Galleria Alberto Sordi
En el año 2003 se concluyeron importantes trabajos de modernización de la Galería. Ese mismo año moría en Roma quien había sido uno de los personajes símbolo de la ciudad: el actor Alberto Sordi. De ahí que las autoridades hayan decidido cambiar el nombre de este famoso edificio para unirlo a quien era el actor más querido y popular de Roma.
En el 2009 el grupo Sorgente compra sus más de 11.000 metros cuadrados, manteniendo su destinación comercial. Actualmente, están previstas nuevas obras de reestructuración que han supuesto el cierre de la famosa librería Feltrinelli, una de las tiendas más representativas y queridas dentro de la Galleria Alberto Sordi. Los libros han dejado lugar a los juguetes de una enorme tienda de Hamleys. Bueno, al menos son juguetes, confiando en que sigamos ilusionados e ilusionando con ellos.