A orillas de una puerta en las antiguas murallas de Roma se alza una impresionante fachada barroca. El escenario es una plaza que sigue siendo la preferida para grandes manifestaciones y conciertos. Todo, alrededor de una gran isla, otra ciudad dentro de Roma: su nombre completo es Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida como Basílica de San Juan de Letrán (basilica di San Giovanni in Laterano). Es la catedral de la diócesis de Roma, donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma (el Papa) y uno de los lugares que ver en Roma que te aconsejamos.
El nombre oficial en latín es ‘Archibasilica Sanctissimi Salvatoris‘ por estar dedicada a Cristo Salvador. Sin embargo, es más conocida con el nombre de San Juan, por los dos santos principales que tienen sendas capillas dedicadas en su interior. En el siglo X será el papa Sergio III el que incluya a San Juan Bautista y en el siglo XII el papa Lucio II añadirá también a San Juan Evangelista en la denominación de esta basílica. De ahí, un nombre complejo y con mucha historia.
La primera iglesia del papa
Es una de las cuatro basílicas papales de Roma, la más antigua y la de rango más alto. Junto con la basílica de San Pedro, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor es una de las Siete Iglesias de Roma que se visitan durante esta peregrinación. En la fachada podemos leer el título «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput»: madre y cabeza de toda las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra.
Desde el siglo XII el 9 de noviembre se celebra la fiesta de la Dedicación de la basílica de San Juan de Letrán ya que fue consagrada un 9 de noviembre del año 324 (o del 318 según otras fuentes). Una fiesta de Roma que se hace universal para remarcar como la iglesia de Roma ‘preside en la caridad’ todas las otras iglesias. En efecto, se trata de la primera gran basílica cristiana de Roma que preside la Urbe y el Orbe, construida y consagrada en un período de intensas discusiones teológicas que llevarán hasta el gran concilio de Nicea del año 325.
El 9 de noviembre las celebraciones con motivo de la dedicación de la Arcibasílica Lateranense son a las 17.30 y culminan un año lleno de eventos en San Juan de Letrán ya que en el 2024 se cumplen los 1700 años de esta basílica. El día 8/11/2024 a las 19.45 se tendrá una conferencia llamada “Ascoltando i maestri” para recordar algunos de los momentos más importantes en la larga historia de la basílica del papa.
La catedral de Roma
Esta basílica tan importante, universal, es decir, católica, al ser la primera iglesia del obispo de Roma, es la catedral de la ciudad. Entorno a ella, se forma una auténtica ciudad, Giovanopolis, antes de que se crease el ‘borgo’ alrededor del Vaticano. Ciudades dentro de la inmesa Roma clásica en la que muchas zonas seguían como terrenos rurales, las famosas viñas. San Juan de Letrán, catedral de Roma, estuvo hasta hace dos siglos, rodeada de preciosas viñas que daban el mejor vino de la ciudad.
La catedral forma parte de un gran complejo monumental que incluye el gran obelisco, el Palacio de Letrán y el Santuario de la Escalera Santa. Todo el complejo es propiedad de la Santa Sede y goza del estatus de extraterritorialidad dentro del Estado italiano. En 1980 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
«Non est in toto sanctior orbe locus»
Historia de la basílica
La Archibasílica surgió en el siglo IV en una zona llamada Horti Laterani. Esta zona era una antigua propiedad de la familia romana de los Laterani, caídos en desgracia bajo Nerón. Bajo este emperador fue confiscada y pasó al dominio imperial. Cuando Constantino se casó en el 307 con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, pasó a denominarse con el nombre de Domus Faustae.
Constantino, el primer emperador que concedió a los cristianos la libertad de culto, permitió la construcción de una basílica en esta zona. Tras salir victorioso de la batalla de Puente Milvio (312 d.C.), se inició su construcción como señal de reconocimiento hacia Cristo, a quien fue dedicada. El papa Silvestre I la consagró en el año 324.
La Basílica de San Juan de Letrán es, por tanto, la basílica más antigua del mundo. De hecho, precede la fundación de la Basílica de San Pedro.
En el 846 fue destruida por un terremoto y tuvo que ser reconstruida por el papa Sergio III, quien la dedicó a San Juan Bautista ya que con su persona y su palabra pone en contacto el Antiguo y el Nuevo Testamento. En el siglo XII el papa Lucio II también dedicó la basílica a San Juan Evangelista porque con su evangelio da testimonio de la vida y de la palabra de Jesús.
Cuando los papas vuelven a Roma, tras el destierro de Avignon, la residencia de los papas en el Vaticano y la basílica de San Pedro serán el centro político, cultural y religioso de la ciudad. Sin embargo, San Giovanni in Laterano siempre tendrá un lugar muy especial en el corazón de los romanos… aunque solo sea por el concierto que todos los años el día 1 de mayo congrega ante la basílica una multitud en fiesta.
Visita guiada San Juan de Letrán
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El interior de la basílica
La actual basílica está dividida en 5 naves de 130 m de largo. El interior está decorado en estilo barroco fruto de una radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII. De la decoración anterior se conservan el ciborio gótico, el suelo de estilo cosmatesco y el cieloraso de casetones de la nave central, diseñado por Pirro Ligorio y ornamentado por Daniele da Volterra. Los magníficos mosaicos del enorme ábside, aunque reconstruidos, se remontan a la época medieval. En ellos el simbolismo del agua hace referencia al sacramento del Bautismo.
En la nave principal destacan las monumentales estatuas de los doce apóstoles enmarcadas por grandes nichos de marmól verde, encajados en los pilares. Los nichos son obra de Borromini, las estatuas datan de principios del s. XVIII.
Sobre los nichos de los Apóstoles se encuentran representadas algunas escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Más en alto, entre las ventanas, dentro de marcos ovalados de estuco en forma de guirnaldas, están representados varios profetas.
El altar de San Juan de Letrán
El ara del altar papal se encuentra debajo del baldaquino gótico. Según la tradición se trata de la misma piedra que usaban San Pedro y los primeros papas al celebrar la misa. En su interior se conservan las cabezas de san Pedro y san Pablo en un relicario de plata.
En el ábside se encuentra la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma en mármol y mosaicos. Es una imitación del siglo XIX de la original cosmatesca, con mosaicos y bajorrelieves, que ahora se encuentra en el claustro. En el ábside, el precioso mosaico dorado que vemos ahora, fue encargado a finales del siglo XIII por Nicolás IV, el primer papa franciscano. El encargado de ‘renovar’ los mosaicos que databan del siglo V fue Jacopo Torriti.
El altar del Santísimo Sacramento está situado en el brazo izquierdo del crucero de la basílica de San Juan de Letrán. Fue construido durante el papado de Clemente VIII en ocasión del Jubileo del año 1600 utilizando cuatro columnas colosales de bronce dorado de época romana. Estas columnas son los únicos restos visibles de la Basílica de Constantino.
La fachada de San Juan de Letrán
La fachada fue reformada en el siglo XVIII por Alejandro Galilei, ganador de un famoso concurso en el que participaron veintitrés arquitectos. Constituye otro magnífico ejemplo de clasicismo barroco.
Está constituida por un largo atrio con cinco entradas y una galería abierta en el nivel superior. En el lado izquierdo del atrio se encuentra una estatua de la época romana que representa a Constantino. La puerta central proviene del Foro Romano, concretamente de la Curia Iulia. Fue adaptada y colocada aquí por Borromini. Sin embargo, la Puerta Santa, la Puerta Áurea es la que se encuentra a la derecha del atrio, más pequeña y llena de simbolismo para peregrinos y visitantes. En efecto, fue el papa Martín V quien instituyó en 1423 el rito de la apertura de la puerta santa. El precioso sepulcro de bronce de este papa lo podemos contemplar en el interior de la basílica.
En lo alto de la fachada se encuentran 15 estatuas de 7 metros de altura. La central representa a Cristo. A ambos lados se encuentran San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Las demás representan a los doctores de las iglesias griega y latina. En el tímpano hay un mosaico de la basílica paleocristiana que representa a Jesús.
La fachada del crucero norte que da hacia el centro de la ciudad, obra de Domenico Fontana, está enmarcada con dos campanarios medievales. Tanto la logia superior (Logia de las Bendiciones) como la galería inferior están decoradas con frescos en las bóvedas.
El Palacio de Letrán y el Claustro
Durante mil años desde tiempos de Constantino en el año 324 hasta el 1305, época en que los Papas se fueron a vivir a Avignon, el edificio contiguo a la Basílica, el «Palacio de Letrán o Patriarquío«, fue la residencia de los Pontífices. Allí se celebraron cinco Concilios ecuménicos. Cuando los Papas (en concreto Gregorio XI) volvieron de Avignon en 1377 se trasladaron a vivir al Vaticano. En el siglo XVI Domenico Fontana transforma el antiguo edificio medieval en el nuevo palacio del Renacimiento que ahora podemos admirar.
Además, en este palacio se firmó en 1929 el famoso pacto entre el Vaticano y el gobierno de Italia (Tratado de Letrán). Fruto de este tratado fue el nacimiento del nuevo Estado Ciudad del Vaticano cuyo soberano es el papa.
El claustro de San Juan de Letrán
El Claustro Lateranense, fue construido entre 1215 y 1232 gracias a varios artistas de la familia romana Vassalletto, maestros de la decoración en mármol. Representa una de las obras maestras de la arquitectura cosmatesca.
Adornado con losas de tumbas y con materiales de excavaciones romanas y paleocristianas, destaca por sus columnas en espiral y los mosaicos en mármol de colores. Con sus 36 metros de lado es el claustro más grande y quizás el más hermoso de la ciudad, uno de los rincones fuera del mundo y una experiencia entre las cosas que hacer en Roma.
¿Sabías que…?
En las Estancias de Rafael, dentro de los Museos Vaticanos, en la sala de Constantino, los pintores de la escuela del gran Raffaello, han pintado a fresco toda una pared en la que el baptisterio de San Juan de Letrán es el gran protagonista. Escenario en el que el emperador, en un vuelo de imaginación muy simbólico, de rodillas ante el Papa, recibe el bautismo.
Por cierto, ya que hablamos de curiosidades, hasta mediados del siglo XIX en las cuadras pontificias siempre había un animal al que se le dedicaban cuidados especiales. Se trataba de una mula blanca sobre la que el pontífice recorría la ciudad desde la basílica de San Pedro hasta San Juan Letrán, en la solemne jornada en la que tomaba posesión de su iglesia.
Aunque no vayamos en una mula blanca sino en coche, nuestro tour Catacumbas y Basílicas te lleva a visitar San Juan de Letrán como una de las metas más importantes durante la visita. Es una forma bonita para llegar hasta esta basílica introduciéndola en un recorrido amplio, con un vehículo, conductor y audioguía a disposición. Te lo aconsejamos. Y si quieres una visita personalizada, dedicada a San Juan, con un guía especializado, no tienes más que escribirnos a info@enroma.com
El baptisterio de San Juan de Letrán
Al inicio del siglo IV sólo las catedrales tenían baptisterio. La catedral de la diócesis de Roma es San Juan de Letrán y por este motivo su baptisterio fue el primero. Es, por tanto, el baptisterio más antiguo de Roma.
El edificio fue construido por orden de Constantino en el siglo IV transformando unas termas de una preexistente casa romana. Sixto III (432-449) lo reconstruyó completamente y le agregó un atrio. De este papa son los preciosos versos en latín que rodean la fuente bautismal hablando del significado del bautismo para los cristianos:
«El agua restituirá nuevo lo que había recibido viejo.
Ya no hay distancia entre los que renacen,
una sola fuente, un solo Espíritu, una sola fe los une.»
La última restauración del Baptisterio de San Juan de Letrán es del siglo XVII y fue efectuada por Borromini.
El interior tiene forma octagonal. En el centro del baptisterio se encuentra una pila de basalto verde cubierta con un remate de bronce del siglo XVII. Alrededor de la pila hay ocho columnas de pórfido rojo colocadas en círculo con capiteles jónicos, corintios y compuestos. El arquitrabe sirve de apoyo a otras columnas de mármol más pequeñas. La bóveda de la Capilla está decorada con elementos que aluden a San Juan Evangelista.
El obelisco y la basílica de San Juan de Letrán
En la plaza donde también se encuentra el Baptisterio se eleva el gran obelisco que con sus 522 toneladas de peso y 32,18 m de altura es el más alto del mundo.
Su origen se remonta al siglo XV a.C. siendo así el más antiguo de los obeliscos de Roma. El emperador Constantino lo mandó traer desde Egipto. Sin embargo, fue su hijo Constante II hacia el año 357 el que lo mandó colocar sobre la espina del Circo Máximo. Fue, por tanto, el último obelisco egipcio que se colocó en Roma… y el primero en ser recuperado tras permanecer sepultado por siglos.
El papa Sixto V en 1588 lo hizo transportar hasta San Juan de Letrán. De esta forma, el obelisco más antiguo y más alto estaría junto a la basílica más importante, sede del obispo de Roma. La inscripción en la base del obelisco recuerda la leyenda según la cual el emperador Constantino habría sido bautizado en la Basílica de San Juan de Letrán. El obelisco egipcio, la presencia del gran emperador convertido al cristianismo y la cruz puesta como corona deberían dar testimonio de que toda la historia humana encuentra su culminación en Cristo, muerto y resucitado.
La Escalera Santa y el Sancta Sanctorum
Mirando la fachada principal de la Basílica de San Juan de Letrán, a su derecha se encuentra el Santuario de la Escalera Santa. Domenico Fontana lo construyó en 1589 por voluntad de papa Sixto V. Este papa fue el que trasladó hasta aquí la Escalera Santa que se conservaba en el interior del Palacio de Letrán.
Según la tradición, Santa Elena, madre de Constantino, durante su peregrinaje a Tierra Santa hizo desmontar y transportar a Roma la escalera que Jesucristo subió para presentarse ante Poncio Pilato. Hoy la escalera se compone de 28 escalones de mármol blanco. Por devoción, esta escalera se sube de rodillas. Desde 1723 los escalones están cubiertos por una protección de madera. A ambos lados de la Escalera Santa se hallan dos escaleras normales que permiten un acceso facilitado.
Cuando llegamos a la parte más alta de la Escalera Santa podemos contemplar el interior del Sancta Sanctorum. Se trata de la Capilla privada de los Papas y contiene la imagen del Salvador Acheiropoieton, “no pintada por mano humana”. La frase latina en el entablamento sobre el altar afirma «non est in toto sanctior orbe locus». Es decir, «no existe en todo el mundo un lugar más santo.»
Otra basílica – ciudad
En Roma, en torno a sus principales basílicas, se han formado auténticos barrios. En el caso de San Juan de Letrán, como también en el Vaticano, se trataba de pequeñas ciudades o grandes cortes que rodeaban la basílica y sus tesoros. Pensad que en tiempo de Alejandro VI, a finales del siglo XV, se fundó la confraternidad de San Salvatore ad Sancta Sanctorum que gestionaba el hospital de Sant’Angelo y se hizo famosa por sus procesiones con la imagen acheropita de Cristo Salvador.