Al lado del imponente edificio que parece un pequeño Coliseo, el teatro Marcello, y cerca de Trastevere hay un lugar reservado y lleno de historia: el Ghetto, el barrio judío de Roma. Es una de las zonas de Roma que no puede faltar en tu lista de los lugares que ver en Roma.
Originariamente, el Ghetto nace en el interior de un pequeño recinto donde vivían más o menos 3000 personas. Con el pasar del tiempo y de los episodios históricos la población aumentó y su área se amplió. De todas formas, siempre fue un espacio reducido en el que los habitantes estaban hacinados.
Qué ver en el Barrio judío de Roma
La historia del pueblo hebreo en Roma está vinculada especialmente a la de este barrio que hoy todavía es el centro de la comunidad judía.
Paseando cerca del ghetto, admiro una imponente iglesia: Santa Maria in Campitelli. Esta iglesia de mediados del siglo XVII es impresionante. En el s. XX pasa del rione Campitelli a formar parte del rione Sant’Angelo y de los espacios que abarca la denominación de barrio judío.
Poco más adelante, entre pequeñas calles, encuentro las ruinas del portico de Ottavia. Desde allí, recorriendo la calle que lleva el nombre de la hermana de Augusto, llego hasta la Sinagoga. De hecho, se trata de una de las sinagogas más grandes de Europa conocida como “Templo mayor”. Su Museo histórico está lleno de auténticas maravillas.
Entre la Sinagoga y el Teatro de Marcelo, se encuentra el centro cultural hebraico, en una pequeña casa que recuerda las construcciones medievales que ocupaban la zona justo fuera de los muros del barrio judío.
Precisamente el Portico d’Ottavia es uno de los lugares que os recomendamos durante vuestro paseo por el barrio. No os lo perdáis. Nacido como templo dedicado a la hermana de Augusto, actualmente alberga la iglesia de Sant’Angelo in Pescheria. Sus columnas se alzan imponentes sobre los restos del antiguo mercado del pescado, siendo uno de los rincones más hermosos de la ciudad. Te aconsejamos este lugar entre uno de los más interesantes que ver en Roma. No dejes de bajar y recorrer el sendero arqueológico que te lleva hasta el teatro de Marcelo y el Templo de Apolo Sosiano.
Por todo ello, hoy en día el ghetto, precisamente por formar parte de la historia judía y romana sigue siendo un lugar maravilloso. Está lleno de rincones interesantes para visitar. Además, es una meta para entendedores en cuestiones de dulces. No podéis dejar de entrar y degustar las maravillas de sabor en el famoso y tradicional horno que hay en “Piazza delle cinque scole”. Tomar un trozo de tarta de chocolate y ‘ricotta’ es una de las cosas qué hacer en Roma, sin duda.
Asimismo, al salir, quizás mientras estáis tomando un delicioso dulce, os aconsejo que os fijéis con atención en la fachada del edificio que se encuentra sobre el horno. Se trata de la famosa Casa dei Manili, palacio construido por Lorenzo Manilio a mediados del siglo XV con auténticas inscripciones y relieves romanos, pertenecientes quizás al estadio Flaminio que se hallaba en esta zona.
El barrio judío y la Fuente de las Tortugas
Luego, caminando hacia Piazza Costaguti os aconsejamos que entréis en el Vicolo Costaguti. Se trata de un callejón que lleva hacia un patio interno, recogido, pequeño y fresco… con un portal por el que se puede llegar hasta via della Reginella. Un lugar de vida cotidiana que se convierte en una dramática vía de fuga durante las perquisiciones y violencias del 16 de octubre de 1943.
En la plaza podremos contemplar los palacios de las familias Croce y Costaguti antes de llega a via dei Falegnami. Si seguimos esta calle hacia la derecha, a los pocos metros nos espera una de las sorpresas más bonitas de la ciudad: la deliciosa Fuente de las Tortugas. Encontrarnos en esta plazoleta es encontrarnos con una Roma desaparecida, de otros tiempos. Además, os recomendamos que entréis en el cercano Palazzo Mattei, familia que encargó la construcción de la famosa fuente. Como dato curioso, os indicamos que en este palacio, se encuentra la interesantísima Discoteca del Estado italiano, adoranda en su patio y pasillos con restos romanos de gran interés. Viajaremos así a la época dorada de la ciudad a finales del siglo XVI. Será un precioso broche de oro para vuestra visita en el barrio judío de Roma, quizás con un buen aperitivo en el Bar-Taruga, ante la fuente.
Te recomendamos, como no, una actividad muy especial para disfrutar por los actuales espacios y edificios que ocupan el espacio del antiguo Ghetto de Roma. Con nuestros guías En Roma podrás realizar una estupenda visita guiada por el barrio judío de Roma.
Barrio judío Roma: una larga historia romana y judía
La historia del Ghetto se asocia sin duda con la del pueblo judío. De hecho el ghetto es el corazón de esta comunidad, a pesar de los muchos lugares de Roma significativos para el pueblo hebraico.
La historia judía en Roma forma parte de ese río de historias personales, muchas veces trabajadas y controvertidas. De hecho, la comunidad judía romana es la más antigua de Europa, pues su presencia en Roma se remonta al siglo II a.C. Es la única ciudad en donde han residido a lo largo de la historia sin ser expulsados.
Bajo Julio César las costumbres de vida judías fueron respetadas, aunque entre la popolación romana habían tensiones por el fuerte carácter étnico de esta religión y el proselitismo. En el 66 d.C. con ansias de liberarse de los tributos e imposiciones romanas, los judíos se rebelaron y empezó la guerra judaica que tuvo una duración de cuatro años.
Durante el Impero Romano la comunidad judía romana llegó a ser uno de los centros hebreos más importantes de la diáspora.
Más tarde, en el año 1000 nacieron las Corporaciones, a las que podían partecipar solamente los cristianos. Por tanto, los judíos tuvieron que practicar un empleo prohibido a los cristianos, el de prestamistas. Este hecho cambió radicalmente su vida. Con los préstamos de dinero los judíos llegaron a ser muy poderosos y esenciales para la comunidad romana y europea.
Nace el Barrio judío de Roma: Un recinto cerrado
El 12 de julio 1555 papa Paolo IV con la bula “Cum nimis absurdum” revocó todos los derechos de los judíos y ordenó la costrucción del ghetto en el rione sant’Angelo. El ghetto abría al amanecer y cerraba sus puertas por la noche. Fue construido en aquel lugar porque la mayoría de la antigua popolación hebraica vivía allí. De esta forma el ghetto nació como una especie de prisión para los judíos. Un lugar donde fueran contenidos todos los “diferentes” de la sociedad. A los judíos se les prohibió poseer bienes inmuebles y el comercio, excepto el de los trapos.
Cada judío que vivía en el ghetto de Roma tenía que llevar un distintivo para ser reconocible a los ojos de la población. Además, la comunidad tenía que asistir a sermones en las iglesias cristianas, finalizadas a la conversión. Iglesias como Sant’Angelo in Pescheria o San Gregorio de la Divina Piedad acogían estas predicaciones obligatorias. Además, entre las restricciones jurídicas a los judíos existía la que prohibía tener más de una sinagoga y una sola escuela.
En el 1586 papa Sisto V anuló algunas restricciónes y actuó un pequeño ampliamento del barrio.
Con el pasar del tiempo y con la llegada de la revolución francesa las condiciones de los judíos en el ghetto de Roma cambiaron. Después de la irrupción de los franceses en la ciudad el comandante Berthier proclamó la libertad de culto para los judíos. Sin embargo, esta condición duró muy poco. En el 1814 con el nuevo pontéfice Pio VII los judíos quedaron confinados otra vez en el barrio judío. Sólo en tiempos de Pío IX desapareció la muralla que los encerraba en este pequeño espacio al borde del río.
Cómo llegar al Barrio judío de Roma
Detrás de San Nicola in Carcere y el teatro, en Monte Savello, al lado de ruinas romanas y medievales, se halla la parada principal de dos líneas de autobuses que os serán muy útiles a la hora de visitar el barrio judío: la 63 y 83.
En largo Arenula, muy cerca del área arqueológica de Largo Argentina, siempre muy cerca del Ghetto, tienes una gran parada de autobuses que bajan desde Termini y del tranvía 8.