Vaticano

Cuando nos acercamos a los alrededores del Vaticano, Roma nos habla de que nos acercamos a Borgo, a la ciudad. Se trata de un proceso largo y complejo que inicia tras el edicto de Milán del emperador Constantino (313 d. C.). De la tumba de un judío condenado a muerte, surge una gran basílica en la parte baja de la colina vaticana.

Tras las invasiones barbáricas y el vacío de poder dejado por el Imperio romano de oriente, el obispo de Roma se erige como autoridad también civil. De esta forma, en la península italiana, fragmentada en diversos ducados y reinos, el centro estará ocupado por los Estados Pontificios, en donde el pontífice, el obispo de Roma es soberano, administrando políticamente estos territorios.

Tras la unificación de Italia bajo la dinastía de los Savoyas, Roma pasa a ser italiana (1870) y luego se convierte en capital del nuevo reino del que, a regañadientes, el Papa sería súbdito.

Es una situación tensa entre el ciudadano papa y un rey de Italia excomulgado aunque se profese católico. El Vaticano será, a partir de 1929, un estado independiente, con sus propias leyes y gobierno. Pequeño y lleno de historias, arte y una influencia enorme en todo el mundo.