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El corazón del imperio, realmente, palpitaba sobre la Arena del Coliseo, en las gradas del mayor anfiteatro de la antigüedad, centro de la metrópoli que conquista un Orbe. La Arena es la vida terrena, de luchas, entre espectadores y actores, con un mundo subterráneo escondido y un cielo que se abre hermoso, aunque nos parezca que no está hecho para nosotros.

La arena del Coliseo… ¡la Arena! Un lugar que miles de años después mantiene ese aire casi legendario con el que los antiguos romanos la veían en las gradas de un activo Anfiteatro Flavio. La arena del Coliseo ha sido escenario de horribles carnicerías, fieras luchas de gladiadores, penas capitales, espectáculos artísticos y hasta ha dejado su lugar para batallas navales. Un lugar cuya atracción llevó a emperadores a querer luchar en ella, como Cómodo. Casi dos mil años después, podemos entrar al Coliseo y pisar su arena.

¿Por qué Arena?

Lo que hoy vemos en el Coliseo no es arena propiamente sino una recreación. Sin embargo, cuando en el Coliseo se celebraban espectáculos sí era arena lo que cubría el escenario. En concreto, el lugar donde sucedía la acción era un gran tablado de madera que se cubría con arena. Esta elección no fue por azar o por espectacularidad sino que era algo muy práctico. La arena servía para absorber la sangre que se derramaba en el escenario. Si el tablado no se cubriera, la sangre provocaría resbalones, charcos y otros imprevistos que afectarían a las luchas.


Visita Subterraneos del Coliseo
La arena del Coliseo sigue siendo impresionante en nuestros días.

Muerte y gloria

Por lo tanto, lo que se veía y pisaba en el centro del Coliseo era la arena. Arena que pasó a ser el símbolo de fuerza, poder, virilidad. Quien se atrevía a pisarla era ya un valiente a quien los romanos respetaban… o despreciaban por su bajeza social. Aunque sólo en lo social, pues en lo que al carácter se refiere, pese a que los gladiadores eran mal vistos por la clase alta, los patricios admiraban igualmente su fiereza y habilidad para la batalla.

Algunos incluso tanto que querían emularlos. Otros incluso tanto que siendo emperadores quisieron tocar parte de esa gloria que se hervía en la arena del Coliseo. Fue el caso de Cómodo, hijo del gran emperador Marco Aurelio. Lejos del buen gobernar de su padre, Cómodo anhelaba otro tipo de gloria. La gloria que se obtenía en la arena del Coliseo. Él mismo se bajaba a luchar y a batallar en espectáculos que fueron descritos por historiadores de la época.

¿Cómo es en la actualidad la arena del Coliseo?

En la recreación actual, sólo la mitad del escenario está simulando lo que era la arena. La otra mitad está abierta para poder ver los subterráneos del Coliseo y poder apreciar lo que se vivía antes de pisar la arena. Donde se guardaban los animales, donde se preparaban los gladiadores, cómo funcionaban las trampillas para elevar a las fieras a la arena. Lo bueno de esta combinación es que podemos pisar la arena y, desde ella, asomarnos directamente al hipogeo subterráneo.

Todo ello cambiará en el 2021. Con un concurso internacional ha iniciado la búsqueda del mejor proyecto para poder cubrir todo el espacio de la Arena. Será una estructura que protegerá los subterráneos y que se sea ‘plegable’ para no crear estructuras estables en este importante monumento arqueológico. De esta forma, podremos situarnos en el centro de la Arena y podrá ser un espacio que hará del Coliseo nuevamente un centro de eventos con nueva vida.


coliseo romano
Durante uno de nuestros tours, asomándonos a los subterráneos desde la arena.

Lo mejor de visitar la arena del Coliseo

Personalmente, lo que más me gusta de visitar el Coliseo es la arena. Poder pisarla y mirar desde ella a las gradas como hace tantos cientos de años habrán hecho miles de valientes… y de pobres condenados. Imaginar esas gradas llenas, gritando con sed de sangre, esperando tu victoria o tu muerte… Con sólo lo que queda del Coliseo y sus gradas, aun vacías, causa una impresión indescriptible. Imposible imaginar lo que sería hacerlo con el Coliseo pletórico y a rebosar de gente.

Otra de las cosas que más me llama la atención es que, tan cerca que casi estirando un brazo se podrían alcanzar desde la arena, están los asientos reservados a los senadores. Algunos aun conservan un poco el mármol y se puede entrever el nombre de su último dueño. ¿Qué sentiría un luchador al poder ver los ojos de un senador disfrutando con su sangre? Casi parece que se puede llegar a sentir pisando la arena. Casi parece que uno podría entender a Cómodo cuando se alza la vista a las gradas desde la arena y se siente ese poder y adrenalina que él debió sentir.

Desde las pisadas de los gladiadores a las de los visitantes… eterna

Parece que, una recreación de lo que fue la arena, en un Coliseo sin sus grandísimas galas originales, con sus gradas vacías… sigue siendo la arena del Coliseo. Poderosa, cruel, fría y caliente. Poder visitar la arena del Coliseo, entrar en ella sólo como un admirador en busca de ver y descubrir tan histórico escenario es una de las suertes de estar en Roma.


arena coliseo
Vistas a la arena del Coliseo desde sus gradas… con un peculiar espectador.

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