La Galería de los Mapas de los Museos Vaticanos: Italia ya unida en el siglo XVI
El ‘corridore’ de Gregorio XIII es un pasillo elevado, como un puente suspendido entre el Cortile del Belvedere y los jardines Vaticanos. En esta Galería de los Mapas podemos pasear rodeados por la belleza de Italia imaginada. Caminamos sobre las colinas a vista de pájaro mientras una brisa, un perfume, desde los jardines, nos introduce en esos paisajes.
Las palabras son respuestas a la realidad, son espejos de lo que nos pasa y de lo que pasa. Así una pintura es una palabra riquísima, extensa, con mil letras – pinceladas. Las palabras son cuerpo de aire y letra para que la memoria y el sentir puedan durar. También son cuerpo de color y forma en la pintura. Es necesario este cuerpo para que otros lo puedan tocar, sentir y, en la permanencia del color, volver a contemplar. El cuerpo, nuestro y de la palabra, hace que existamos en el tiempo, que la existencia tenga consecuencias fuera de nosotros. Como raíces que bajo tierra producen nuevos brotes, estas verdes plantas, se extienden a lo largo de este pasillo, un surco, una primavera tras otra, mucho más allá de quien los sembró allá en el siglo XVI.
La Italia unida que aquí vemos en los 40 frescos – mapas nos hablan de una nación agregada no por la política sino por la historia, la cultura y la religión. La belleza es el mayor título de nobleza de esta tierra tan variada. «Italia totius orbis regio nobilissima.» Italia nueva, porque está llena, sembrada, cultivada por tantas ‘culturas’ de artes y estudios. ¡Cuántos esfuerzos para dar un cuerpo a la imaginación, al sentir, al misterio, a los sueños! Y ese cuerpo ocupa su lugar en el tiempo y en el espacio de Italia.
Fresco de Italia en la parte inicial de la Galería de los Mapas según el original orden de visita (actualmente al final de la Galería)
La Galería de los Mapas dentro del Museo Vaticano fue creada para entrar en ella a través de la puerta que ahora vemos al fondo. Tendríamos que recorrerla en sentido contrario al fluir de los actuales visitantes. De esta forma entraríamos en la Galería, como es lógico, con las pinturas que nos hablan de los grandes puertos marítimos. El de Génova es mi preferido. Dos grandes frescos, junto a la puerta, nos muestran Italia completa, Antigua y Nueva, cuerpo con diversos vestidos pero que reconocemos inmediatamente. Inconfundible estampa.
Originaria puerta de entrada a la Galería de los Mapas. Actualmente es la puerta de salida que nos lleva hacia las Estancias de Rafael y la Capilla Sixtina.
Una vez dentro, podemos iniciar nuestro recorrido en la Galería que nos invita a detenernos en cada detalle de la anatomía de este cuerpo. Derecha e izquierda son su frente y espalda, Tirreno (lado occidental) y Adriático (pared este, hacia los jardines). Las pinturas son, adentrándonos en los detalles, palabras que invitan a los demás sentidos. Así, no basta que nuestra mirada las sobrevuele en la cercanía sino que la mano quiere recoger las tiernas huellas de su piel. Deseamos acariciar los montes con la palma de la mano y seguir con la yema de los dedos el curso de sus arrugas como ríos o aproximarnos al borde de sus costas para descalzarnos con un escalofrío.
Imagino a Gregorio XIII recorriendo esta Galería y disfrutando de un paseo por los lugares que tanto ama. Paredes que se abren gracias a estas palabras de color que las rompen. Lugares entrañables que se unen a historias de personas. Como un globo, como la nube de una viñeta, la bóveda contiene episodios que surgen de la tierra, de esa parte de Italia, en la que se realizaron.
Cada uno de los lugares con su lengua, su acento, su fama, sus paisajes, sus santos patronos, se da cita en la Galería de los Mapas como si fuera uno de esos autobuses o un vagón que nos une para un viaje. El espacio largo facilita la comparación. Los mapas, en trampantojo, no son rollos de papel extendidos en las paredes sino ventanas que lentamente nos ofrecen paisajes cambiantes. Las voces de los pasajeros de tan distintas lenguas se unen, de hecho, en un destino que no llegará a ser una ‘nación’ política hasta 3 siglos más tarde.
Con un requiebro de imaginación los mapas también nos dislocan nuestros nortes. Desde la puerta de entrada original (actual salida) recorremos de norte a sur la península. La mirada la tenemos acostumbrada a lanzarla desde lo alto hacia abajo, imaginando que en la parte de arriba está el norte. Pero no siempre es así. En algunos casos, con sorpresa, en la parte alta está el sur: es como si nos pusiéramos cabeza abajo. Hacemos el pino con la imaginación y nos imaginamos entonces un viaje que ‘baja hacia el norte’. Requiebros para que no nos acostumbremos a leer la realidad como un escáner sino más bien como nos la presenta un serpenteante sendero de montaña. Caminamos así, en equilibrio, por un pasillo que es la columna dorsal de Italia: unos Apeninos dentro del Vaticano.
Al final de la Galería -o a los lados del ingreso en el actual sentido de la visita dirigida hacia la Capilla Sixtina– se encuentran dos lugares fuera de Italia pero que aquí se recuerdan como escenarios en los que ese cuerpo, recientemente, había sufrido dos operaciones que habían sido un éxito: el asedio de Malta en 1565 y la Batalla de Lepanto de 1571. El primero fue una lucha extenuante durante 4 meses febriles en los que estuvo a punto de quedar aniquilada la Orden de Malta.
El segundo, una brutal inyección de antibióticos en la circulación mediterránea mientras se luchaba por otra gran isla: Chipre. Todo visto con los ojos del siglo XVI en los que este maravilloso organismo se definía en contraste con el próximo oriente, siempre más próximo con el temible imperio turco.
Para concluir este paseo geográfico y artístico no puedo dejar de recordar a quien lo proyectó.
Pellegrino Rainaldi Danti, nacido en Perugia en 1536 y más conocido como Egnazio Danti, fue invitado a Roma por el papa Gregorio XIII. Trabajó con gran pasión en esta galería de los Mapas dentro de los Palacios Vaticanos aplicando sus conocimientos geométricos y artísticos para hacer de un pasillo una península de color. Coordinó, además, el ingente trabajo de numerosos artistas que realizaron estos 1200 metros cuadrados de paisajes italianos. Entre estos pintores destacan personajes como Girolamo Muziano, Cesare Nebbia y Giovanni Guerra, auténticos creadores de este mundo, navegantes y cosmógrafos que recrean este cuerpo estudiado por Danti.
Además, la dedicación y estudio de Egnazio lo convirtieron en uno de los matemáticos pontificios más importantes, miembro eminente de la comisión para la reforma del calendario gregoriano, en honor del papa que la promovió. Arquitectura y pintura en armonía para recrear paisajes, poniendo cuerpo, sintiendo, lo que sólo serían ciencias.
Información para visitar la Galería de los Mapas
Puedes consultar toda la información sobre entradas y horarios en nuestra página de los Museos Vaticanos al estar situada dentro de este maravilloso museo de museos. Y con nuestros guías de En Roma podrás disfrutar de una visita guiada que os ayude a disfrutar de todas sus riquezas.