Anoche soñé, bendita ilusión. Una colina con un patio escondido. Un lugar acogedor, de puertas siempre abiertas, en donde poder contemplar y hablar. Soñé que entraba en el Templete del Bramante mientras en torno se reunía la Academia de España. Una colina desde la que divisar las maravillas que ver en Roma y las que traemos con nosotros, regalo o peso.
El Templete del Bramante: transfiguración
Desde allí la realidad no deja de ser tangible pero se puede contemplar vista con otros ojos. Los ojos de quien, al contemplar a Carlos V, lo ven como Júpiter, Jasón o Hércules. Además, pasa a nuestro lado, de nuevo, como en un paseo triunfal, como un nuevo Escipión, hasta alojar en Palazzo Vidoni. Todas estas presencias se hacen vivas gracias al arte. Las musas ejercen su poder convocándolo vivo en nuestra vida, con las palabras de quienes no se cansan de entusiasmarse ante la belleza legada. La hermosura se encuentra atada al tiempo, convirtiéndose en faro o linterna.
Y pasó una tarde y pasó una noche, el día primero.
Aquí escuché, casi como una aparición, la voz de Juan Gómez que me decía que ‘todos los ríos de piedra llevan a Roma’. Es más, desde aquí se los puede ver afluir, como a un valle apocalíptico, en donde toda la historia se reúne, convocada por una curva del tiempo. Una sima que dará lugar a manantiales quién sabe dónde y cuándo.
Visión del Beato Amadeo Menez da Sylva. Obra de Pedro Fernandez de Murcia (Pseudo Bramantino) actualmente en la Galeria del Palacio Barberini
Bajo el Templete, en su inicio había una fuente, una gruta. Un lugar en el que vio a la luz una Apocalypsis Nova, anticipadora. Una resurrección de la tierra nueva. Un fruto, en piedra, este templete, que saltaría hasta la eternidad. Es más, sería digno de sobrevivir, como el arte misma, incluso más allá del tiempo. Por el contrario, sería indigno condenarlo a una vida natural pues va más allá de la ‘rerum magna parens’, la naturaleza, madre de todo.
Cuántos quisieron ver lo que veis y no lo vieron
Es maravilloso contemplar lo que otros, con paciencia y saber han logrado ver. Encontrar escondida en el retablo dedicado a Santiago de la catedral de Granada, una pintura que reproduce la de Santa María del Popolo. Del Sancta Sanctorum de San Juan de Letrán hasta Granada pasando por la mirada de peregrinos junto a la puerta Flaminia y las manos de Antoniazzo Romano.
Tengo en mi muñeca el reloj de mi padre. Para todos un reloj, sin más. Sin embargo, para mí, está lleno de su historia, de sus minutos, de su forma de mirarlo cuando ya no veía bien. Para mí es el libro de los primeros números romanos, el mecanismo misterioso que parecía abastecerse del latido de sus venas. Y no sólo. Era el aliado de su impaciencia, el velador de sus horas con música de cronómetro.
Todo esto veo cuando lo veo en mi muñeca.
Granada y Roma
De igual forma, ¡cuántas cosas vi al ver con los ojos de quienes hablaban junto al Templete! Observando estas columnas he imaginado el patio del palacio del emperador Carlos V en la Alhambra como un lugar nuevo. He escuchado cómo Roma en San Pietro in Montorio llegó hasta rincones de España y América. Pero también he notado cómo América sembró Roma con frutos de pepitas doradas de maíz. Girnaldas y grotescas que desde villa Farnesina atraviesan el océano. Corteos y decoraciones para celebrar la victoria granadina llenaron Roma, volviendo al escenario único para los triunfos que, al mismo tiempo, revive con ellos.
16 columnas, nichos, capiteles, friso y entablamento. Palabras que son espejos que se llenan de cuerpo en imágenes, multiplicándose. Y así, sin más magia que la mirada amorosa, las 16 de Roma pasan a 32 en Granada. Lejos de Roma pero tan cerca se construyó ese patio, quizás queriendo ser un espacio parecido al que nos describe Serlio envolviendo el Templete. A dos mil kilómetros de distancia, ahora también para mí, acompaña la circularidad y formas del Templete en diálogo con él. Espacios que se comprenden.
Hablaba de todo ello Juan Carlos Ruiz Souza y me conquista su pasión. Está contento como un niño al descubrir el mundo maravilloso de los héroes en las huellas de estos lugares. Aunque, por lo que nos cuenta el friso, éste sea un héroe que lucha con dos llaves, óleos, hisopos, agua y fuego.
Veo que ya todo estaba allí: en nosotros que mirábamos y en lo que veíamos. Como un sí, las imágenes llamaban unas a otras.
Interior del Templete de Bramante: «Astra Deus nos templa damus Tu sidera pande»
En el Templete, Roma entre este y oeste
Y así pasó otra tarde, y pasó otra noche, el día segundo.
Cae Constantinopla cristiana y cae la mora Granada. En medio, Roma que mira con miedo y espera. Espera vuelta ahora hacia el Templete, hacia el oeste. De oriente a occidente dejamos el Templo de Salomón, pasamos por el nuevo Templo de la Capilla Sixtina y llegamos hasta el último Templo en San Lorenzo del Escorial con Felipe II como nuevo Salomón. Cadenas de imágenes que han plasmado lugares maravillosos. Ellas nos invitan a entrar, a orientarnos, en esta Roma, entre oriente y occidente.
Por último, las notas del oficio por la Toma de Granada me hacen cerrar los ojos para soñar esos lugares. El poder de la música que, inefable, reconstruye lo que faltaba de aquel mundo. Ensancha la imaginación y la aquieta con las notas de Hernando de Talavera. Crea el silencio necesario para que las formas no se disturben. Casi puedo imaginar las calles de la antigua ciudad que a las 6 de la madrugada, libres de ruidos y gentíos nos muestran las perspectivas con las que las construyeron.
El Templete es el punto de fuga de otras perspectivas. Líneas que llegan desde más allá del mar, de otros tiempos, para hacer que la palabra ‘católico’, universal, de aquellos dos reyes y de Roma, adquiera significados hasta el momento completamente desconocidos. En el centro de esta colina de Jano, el Templete es una marca, signo que rodea una presencia importante. No acaso, en la Basílica de San Pedro, para la capilla del Santísimo, presencia de lo más santo de la basílica, Bernini contruye un sagrario con la forma del Templete. Os lo aconsejo: el corazón del Vaticano está indicado con un Templete de bronce.
Aquí, junto al Templete, en este silencio de palabras y música, todo nos lleva hacia el breve equilibrio que encontró y resumió Bramante en este ombligo de historia y piedra. En la Academia de España estos sueños, concepciones, se pueden realizar.
Y pasó otra tarde y pasó otra noche. El día tercero.
Horarios e información para visitar el Templete del Bramante
Podréis visitar el ‘Tempietto’ de Bramante y las muestras organizadas por la Academia de España de martes a domingo de 10 a 18 h (última entrada a las 17.30). Las entradas son gratuitas.
Hay una entrada accesible y un recorrido perparado sin escaleras para que todos podamos visitar el monumento sin problemas.
De todas formas, si estáis por allí no dejéis de entrar en este laboratorio de belleza en Roma. Nosotros, si lo deseas, te podemos acompañar con nuestra visita guiada en el Templete y Academia de España. Una experiencia única entrando en una isla llena de arte, naturaleza e historia en Roma.
Un jardín romántico en la Academia
El 10/9/2023 la Academia de España inauguró el jardín que sube desde via Garibaldi y via di Porta San Pancracio, hacia la antigua entrada del edificio. Estará abierto los domingos.
Entre hojas de acanto, sombras, encinas y palmeras, senderos llenos de sombra nos esperan para ofrecernos una de las vistas más hermosas de la ciudad. Naturaleza e historia hacen las paces a la sombra de la Academia y yo me pongo a recitar:
Sin Roma, no estaría aquí
Sin ti
No se diría para mí Roma.
4 Comentarios
se puede visitar el tempieto de Bramante, por las mañanas, los días martes?
Hola, Jorge, sí el Templete se puede visitar los martes a partir de las 10.00. Un saludo.
Estamos en Roma del 11 al 16 de octubre y quisiéramos visitar el Templete de Bramante.
¿hay que reservar? ¿ Hay algún teléfono al que llamar?
Hola, José Ramón. No hace falta reservar. Entraréis por la Academia de España para visitar el claustro, podéis también ver la muestra Processi 149 con la 149 promoción de artistas, y luego visitar el Templete. Qué disfrutéis de esta preciosa isla de arte e historia hispano-romana!